Geek / Junio 18, 2018
Datos personales en la web y otros cuentos de terror
Desde el polémico escándalo de Facebook y Cambridge Analytica, se ha puesto sobre la mesa un tema que había pasado como “ligth” en el ámbito de los negocios, de la legislación y de la vida diaria.
Ahora que Mark Zuckerberg nos demostró que los datos son el nuevo oro del siglo digital, surgen preguntas como: ¿Hasta dónde tienen derecho las instituciones a utilizar nuestra información? Si es nuestra información ¿Podemos decidir a quién se entrega, cuándo y para qué?
Cada vez que se entrega un dato, por ejemplo en un local farmacéutico, el número de identidad guarda la información de la compra, probablemente esto viaje directamente a las instituciones de salud o aseguradoras.
En el mismo sentido puede ocurrir en la industria bancaria, conocen hábitos, gustos, costumbres y estilos de vida; es posible, que sin ningún permiso se comparta lo que somos y lo que tenemos, con otras industrias comerciales.
Quizás les haya sucedido que al buscar un viaje o destino turístico, al instante se presenten alternativas de vacaciones en el correo electrónico, redes sociales y publicidad.
La escondida realidad
La situación es la siguiente: por si no lo sabía, todos tenemos derecho al olvido digital, a solicitar información de cómo y dónde se utilizan los datos personales; podemos pedir a aquellos que nos colapsan la bandeja de entrada con promociones o nos llaman para ofrecernos paquetes, la eliminación de los datos.
En un futuro cercano todas las instituciones tendrán que reportar sobre el tratamiento de nuestra información, como lo está haciendo la Unión Europa con su reforma a las normas de protección de datos (RGPD).
Lo que implica que las personas tienen más control sobre sus datos personales y las empresas se benefician en igualdad de condiciones.
Hoy es la Unión Europea, mañana será América Latina.
Son sus datos, ¡tome el control!
Reforma de 2018 en las normas de protección de datos de la UE